¿Cuáles son los frutos climatéricos y no climatéricos?

¿Cuáles son los frutos climatéricos y no climatéricos?

¿Se ha preguntado alguna vez cuáles son los frutos climatéricos y no climatéricos? Su diferencia recae en la manera en cómo se comportan después de la cosecha o en el periodo de poscosecha, y es esa diferencia la que impacta directamente en su manejo.

Por eso, es importante que sepa identificar cada tipo de fruta y usar las herramientas adecuadas puede marcar la diferencia para mantener su frescura y calidad.

Frutos climatéricos y no climatéricos: definición y ejemplos

Las frutas climatéricas son aquellas que, en simples palabras, siguen madurando una vez cosechadas gracias a la hormona de etileno.

Por el contrario, las no climatéricas no maduran después de ser recolectadas. Así que conocer en profundidad este comportamiento determina cómo se deben manejar y conservar en su negocio.

Ejemplos de frutas climatéricas y no climatéricas:

Frutas climatéricas:

  • Plátano
  • Mango
  • Palta
  • Manzana
  • Durazno

Frutas no climatéricas:

  • Uva
  • Frutilla
  • Piña
  • Cereza
  • Naranja

En el caso de las frutas climatéricas, éstas requieren tecnologías que reduzcan la exposición al etileno. Los sachets de etileno y los filtros de etileno para contenedores son herramientas indispensables para evitar la sobremaduración durante el transporte.

En cambio, en el caso de las frutas no climatéricas, las soluciones se centran en mantener estas frutas en temperaturas que sean constantes.

Si quiere y necesita hacer una buena medición, los registradores de temperatura permiten monitorear las condiciones en cada etapa del transporte, asegurando que estas frutas lleguen en perfectas condiciones al cliente y al mercado.

¿Cuáles son los frutos climatéricos y no climatéricos?

Diferencia entre frutas climatéricas y no climatéricas

Como ya hemos mencionado, la diferencia entre frutas climatéricas y no climatéricas radica en su comportamiento durante la poscosecha, lo cual define ciertas estrategias específicas para su conservación.

Por un lado, las frutas climatéricas tienen una característica única: siguen madurando después de ser cosechadas.

Este proceso ocurre debido a la producción de etileno, una hormona natural que desencadena cambios en su textura, sabor y color.

Gracias a esta particularidad, es posible recolectarlas antes de que estén completamente maduras, permitiendo mayor flexibilidad en tiempos, transporte y almacenamiento.

Sin embargo, esta misma cualidad exige un cuidado especial en su manejo, ya que niveles elevados de etileno pueden acelerar en exceso la maduración.

Por otro lado, las frutas no climatéricas presentan un comportamiento distinto. Estas frutas no maduran después de haber sido cosechadas, lo que significa que deben recolectarse en su punto óptimo de madurez.

A diferencia de las climatéricas, su conservación no depende del etileno, sino de condiciones constantes de temperatura y humedad.

Por ejemplo, si hablamos de cerezas, un claro ejemplo de fruta no climatérica, su conservación requiere niveles bajos de humedad para evitar daños durante el almacenamiento.

En este caso, un deshumidificador resulta esencial para mantenerlas en condiciones óptimas.

En contraste, las paltas, que son frutas climatéricas, necesitan un control estricto del etileno durante su transporte, algo que se logra con el uso de sachets de etileno que prolongan su vida útil y aseguran su llegada en perfectas condiciones al mercado.

Ejemplos de cómo manejar cada tipo de fruta

Plátano (fruta climatérica)

El plátano se cosecha verde y madura durante su transporte. Para mantener su calidad, los filtros de etileno son esenciales, ya que eliminan esta hormona del aire y evitan una maduración prematura.

Uva (fruta no climatérica)

La uva debe cosecharse en su punto de dulzura ideal y conservarse en frío. Los registradores de temperatura permiten monitorear las condiciones de transporte, asegurando que la fruta llegue fresca y lista para el mercado.

Mango (fruta climatérica)

El mango necesita un control preciso del etileno para evitar sobremaduración. Los sachets de etileno son la solución perfecta para mantener esta fruta en las mejores condiciones durante largos trayectos.

Frutilla (fruta no climatérica)

La frutilla es extremadamente delicada y no tolera fluctuaciones de temperatura. Por lo tanto, mantener la cadena de frío es fundamental para preservar su frescura.

Además, al igual que en la uva, los registradores de temperatura son la herramienta ideal para monitorear que las condiciones ideales se mantengan desde el momento de la cosecha hasta que llegue al consumidor.

Durazno (fruta climatérica)

El durazno se cosecha cuando aún está firme y necesita un manejo cuidadoso para evitar que se sobremadure durante el transporte.

Al igual que en los plátanos, los filtros de etileno en los contenedores ayudan a controlar los niveles de esta hormona, permitiendo que el durazno llegue en óptimas condiciones para su venta y consumo.

¿Cuáles son los frutos climatéricos y no climatéricos?

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Conocer cuáles son los frutos climatéricos y no climatéricos es esencial para que pueda manejarlos correctamente.

Las frutas climatéricas requieren herramientas para regular el etileno, mientras que las no climatéricas dependen de un control estricto de temperatura y humedad.

Productos como los filtros de etileno, registradores de temperatura, sachets de etileno y máquinas absorbentes son soluciones importantes para mantener la frescura y calidad en cada etapa de la poscosecha.

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